La coherencia textual – Lenguaje Tercero de Secundaria

Aprendizaje esperado: Describe el impacto de los anuncios publicitarios en la sociedad mediante un texto.

Énfasis: Revisar coherencia textual de informes.

¿Qué vamos a aprender?

Cuando te quieres comunicar, es fundamental que todo tenga claridad para que no haya oportunidad de confusión. Esto pasa cuando hablas con maestros, amigos o familia, pero también cuando escribes. Debes intentarlo hacerlo con la mayor claridad posible, sobre todo cuando es un informe.

Para lo cual analizarás cómo dar sentido y precisión a los textos que escribes, y por qué es necesario que éstos sean claros, puntuales y coherentes, es decir, que tengan unidad de sentido y de forma.

No te gustaría tener malentendidos por algún descuido al momento de redactar un texto.

Debes tener a la mano tu libro de texto, y en la medida de lo posible, registrar las dudas que se te presenten. Anota palabras clave o ejemplos específicos que te ayuden a comprender y recordar el contenido estudiado.

¿Qué hacemos?

Comienza con el siguiente ejemplo de un informe breve.

“En muchos lados se afirma que los anuncios publicitarios influyen en la toma de decisiones. Entonces, es cierto que la publicidad convence a la gente, aunque a alguna no. Para analizar la información, en primer lugar, organiza las gráficas de barras; posteriormente, revisas los datos analizados para definir los datos que irían en las tablas”.

“Se entrevistó a 50 jóvenes; es decir, se define la muestra. Se elaboró un cuestionario que se aplicó a 50 jóvenes. Con los resultados se revisó que el análisis de la información estuviera bien realizado. El cuestionario era para saber los hábitos de lectura de revistas y libros. Los 50 jóvenes tenían entre 12 y 15 años.

Con los resultados de las entrevistas a los 50 jóvenes, se elaboran tablas y gráficos que analizas de los cuestionarios que se aplicaron.”

¿Qué entendiste de esta lectura?

Perece confusa, repite información sin ser necesario, y el texto está desordenado. Eso confunde. Además, al ser un informe y no incluir elementos visuales, cuesta trabajo seguirlo.

Efectivamente, es un texto mal redactado. Aunque puedes comprenderlo en algunos momentos, carece de coherencia. Es confuso comprender qué nos quiere dar a entender el autor.

Debes entender por qué la coherencia tiene que estar presente siempre que escribes un texto, en este caso, un informe.

¿Qué entiendes por eso que llamas “texto”? Un texto sería todo aquello que escribes, las palabras que usas y cómo las ordenas para que otros puedan entenderte.

En parte tienes razón, pero, si eres más estricto, hay que entender al texto como un enunciado o conjunto de enunciados que entregan un mensaje.

Está compuesto por signos que pueden ser escritos o pueden ser orales. Se debe caracterizar por la coherencia, cualidad que le brinda unidad de sentido, y satisface una necesidad comunicativa determinada.

Entonces un texto se caracteriza por ser claro en lo que desea comunicar. En pocas palabras, la coherencia textual es la cualidad que hace que un texto sea recibido como algo que tiene lógica y sentido. O sea que todos los elementos que lo conforman tienen que ver con el contenido que se va a transmitir.

Como cuando se construye una casa, que colocas los ladrillos de forma ordenada. Primero sobre la base y, a partir de ahí, vas sumando los materiales en orden lógico.

En tu ejemplo, la casa tiene que estar bien construida para ser sólida y no exista problema alguno a la hora de habitarla.

Poder comprender de manera adecuada el contenido de un texto, es tu forma de habitarlo. Pero, ¿cómo puedes conseguir la coherencia en tus textos?

Primero hay que comprender que la coherencia va de la mano con otro elemento textual. Este elemento es la cohesión. Si la coherencia se refiere al contenido, la cohesión se refiere a su forma; a darte cuenta de cómo las distintas palabras, frases y oraciones de un texto están relacionadas entre sí.

La cohesión sería, por así decirlo, el material que usas para que los ladrillos de la casa queden unidos de la mejor manera. Ese material son palabras u oraciones que conectan una idea con otra.

Una casa está bien construida cuando todos sus ladrillos están bien unidos entre sí. De igual manera, se entiende que un texto es coherente cuando todos sus enunciados poseen unidad entre ellos. Es decir, cuando no se trata de una serie de ideas escritas al azar, sino que cada una de ellas está en relación con su significado.

Pero ¿qué pasa si tu texto tiene muchos subtemas?

Esto puede suceder, de hecho, es muy común. La labor al redactarlo es que cada uno de esos subtemas guarden una estrecha relación, de esta manera, formarán parte de un todo. Constituirán una unidad semántica. O sea que cuando se habla de textos, el contenido que quieres transmitir se refleja en la manera en que conectas cada una de tus oraciones.

Y es por ello que debes procurar que las ideas no se rechacen o se contradigan entre sí, de esta manera el mensaje podrá ser transmitido con efectividad.

Para escribir, hay que tomar en cuenta el contexto y los aspectos relevantes de lo que se busca comunicar, es decir que haya pertinencia en la información que se incluye.

Observa el siguiente ejemplo:

“Se realizó la siguiente investigación para conocer el impacto que tienen los comerciales televisivos de los refrescos A y B sobre los niños que cursan el nivel primaria. La investigación se manejó desde un enfoque cuantitativo, ya que recolectó información que se puede contar, y con la cual se lograron sacar estadísticas de los resultados obtenidos con respecto al comportamiento que muestra el consumidor. El objeto de estudio fue la influencia que presentan los niños de 3.º y 4.º año de nivel primaria debido al tipo de comerciales de estas marcas refresqueras.”

¿Notaste la diferencia entre el primer texto y éste?

En este segundo escrito se puede entender un poco mejor lo que los autores escribieron. Esto es porque el informe muestra coherencia textual. Imagínate lo que sucedería si esta propiedad de los textos no existiera. Sería muy complicado comunicarte por escrito.

Reflexiona sobre eso, y ten en cuenta que, gran parte de la comunicación social, es escrita. Además, la manera en que escribes refleja tu pensamiento y, por lo tanto, también podría ser un indicador de la forma en la que hablas.

¿Cómo cambiaría tu vida si todos los textos carecieran de coherencia y cohesión?

Adéntrate al mundo de la redacción y a las cuestiones básicas que hay que resolver para lograr mantener la coherencia textual.

Analiza los siguientes ejemplos:

1. 70% de los encuestados está de acuerdo con la publicidad. ¿Cómo influyó la publicidad para que lo adquirieras? Muchos compañeros traen el mismo reloj.

2. Las encuestas realizaron un análisis que arrojó que 75% de los encuestados era susceptible a los mensajes publicitarios.

3. Se graficaron los resultados que después se integraron en las preguntas formuladas en las encuestas.

Estos tres mensajes son incoherentes porque su significado no tiene ninguna relación interna.

A partir de cada uno de ellos, revisarás tres condiciones fundamentales que debe reunir cualquier mensaje.

Comienza con el ejemplo 1:

1. 70% de los encuestados está de acuerdo con la publicidad. ¿Cómo influyó la publicidad para que lo adquirieras? Muchos compañeros traen el mismo reloj.

El texto es incoherente porque no posee un núcleo informativo, esa única idea o tema sobre la que las demás giran.

Distingues que en el ejemplo hay tres núcleos. Uno es el porcentaje de las encuestas. El segundo es la pregunta sobre publicidad. Y el tercero una afirmación sobre otras personas.

La cosa cambiaría si el texto dijera:

“70% de los encuestados está de acuerdo con la publicidad que reciben y con sus mensajes. Esto nos lleva a pensar que son susceptibles a ella. Sin embargo, algunos comentaron que, en ocasiones, no compran los artículos por decisión propia, sino influenciados por amigos o personas cercanas.”

¿Te diste cuenta de cómo los tres enunciados giraban en torno a una idea? Tenían un núcleo, en este caso, la influencia de la publicidad en las personas que la recibieron.

Sin embargo, las frases ya no eran exactamente las mismas. Esto es porque, al darle cohesión a cada una de ellas, siempre debes realizar pequeñas modificaciones para que puedan cobrar sentido.

Ejemplo 2:

2. Las encuestas realizaron un análisis que arrojó que 75% de los encuestados era susceptible a los mensajes publicitarios.

Este mensaje tiene un problema de redacción. Es decir, sabes que las encuestas no pueden “realizar” algo, porque son las personas quienes realizan encuestas.

Este tipo de problemas suele surgir cuando se reconstruye una idea durante la redacción, pero el texto final ya no se revisa, lo que genera estos desajustes de significado. Es decir que sus ideas no están cohesionadas adecuadamente. Aunque es entendible, pero no por ser entendible, significa que el texto esté realizado de manera adecuada.

Tercer ejemplo:

3. Se graficaron los resultados que después se integraron en las preguntas formuladas en las encuestas.

Esta vez es un poco menos distinguible la incoherencia, pero, aun así, hay algo que suena diferente, como si no estuviera del todo bien escrito. Esta sensación que tienes se debe a que, en este ejemplo, hay problemas con la conexión semántica entre las partes.

El texto está afirmando un efecto antes de la causa. Lo más lógico sería que primero se realizaran las preguntas, a partir de ellas se procediera a realizar las encuestas y, finalmente, se graficaran los resultados.

El mensaje cohesionado de manera correcta sería: Se realizaron las preguntas que formarían parte de las encuestas, y una vez obtenidos los resultados, estas respuestas fueron graficadas.

Recuerda que los escritos deben tener una lógica interna. Pero ¿qué sucede si esta lógica es trastocada, como hacen algunos escritores de cuentos o novelas?

Esto ocurre porque el escritor busca dar un efecto o una estilización a su trabajo. Es una decisión estética muy pensada. Sin embargo, en un informe de trabajo, lo que debes buscar es la lógica y la claridad.

Tienes una gran oportunidad para reflexionar sobre tus escritos. Entonces, puedes distinguir la coherencia en un texto si eres capaz de designarle un asunto o un tema, es decir, si puedes expresar de qué trata.

Además, no debe haber contradicciones internas. Si empieza diciendo algo y después continúa con otra idea completamente distinta, sin ninguna conexión, quiere decir que no es un texto coherente.

También es fundamental que los conceptos establezcan diferentes tipos de relaciones. Una de ellas puede ser de temporalidad. También es importante que se plantee una conexión de causa y efecto.

Como en el ejemplo de las encuestas, primero se entrevistó a las personas, lo que causó que después se pudieran graficar sus respuestas.

Es de suma importancia comprender que la cohesión se puede generar gracias a una serie de elementos que se conocen como mecanismos de cohesión. Éstos establecen conexiones entre las diversas ideas de un texto. Un ejemplo de ellos puede ser omitir un elemento que se mencionó anteriormente. A este procedimiento se le conoce como elipsis.

Otro es el remplazo de palabras, por ejemplo, el uso de sinónimos para que no existan repeticiones innecesarias.

Por último, está el uso de conectores, como “porque”, “aunque”, “además”, entre muchos otros que te ayudan a tender puentes entre ideas.

En el cuestionario se incluyeron preguntas para evaluar las preferencias sobre los alimentos referidos: 1) ¿cuántas veces a la semana se consumían?, y 2) ¿cuál era la razón principal para consumirlo? El cuestionario tenía otra pregunta de preferencias: 3) ¿quiénes lo consumían?

Es importante no caer en repeticiones innecesarias y poder conectar bien las ideas. Seguramente has leído textos que parecieran no desarrollarse, como si se “atoraran”. Eso es porque no cuentan con una propiedad denominada “progresión temática”.

Esta cualidad es la capacidad del tema principal para permear cada una de las frases, de manera que se vayan sumando y aportando información nueva. La coherencia es muy importante dentro de los textos, permite dar precisión a aquello que quieres comunicar. Además, asegurará que el lector no va a dejar de leer el texto por falta de claridad.

Recuerda que las ideas siempre deben estar relacionadas entre sí y tener bien afianzado el tema central.

Analiza otro ejemplo:

Cuando se preguntó por el producto, se encontró que 85% lo conocía.

Como observamos en la gráfica, hay un grupo de 30 personas, 70% de la población encuestada que declara conocer el producto.

¿Te percataste de lo que ocurre con este texto? La segunda oración contradice la primera idea expresada. Primero se dice que 85% de las personas conocen el producto, pero en la segunda parte se menciona que es 70% de la población quien lo conoce.

Existe, entonces, una contradicción que atenta contra la coherencia del texto. No hay un núcleo sólido, una idea que sea fija.

Observa un último ejemplo.

Como observamos en la gráfica, 75% usa el producto A, al menos una vez. 10% usa el producto B, al menos una vez. 5% usa el producto. Con esto, como vemos, hay una gran difusión del consumo del producto.

Confunde, porque habla de 5% que usa un producto, pero no sabes si se refiere al producto “A” o al “B”, o si hay un tercero en cuestión. Y al final ocurre algo semejante. Tampoco se sabe cuál es el producto cuyo consumo tiene una gran difusión.

Para que un texto mantenga su coherencia, es necesario que se dé toda la información necesaria.

¿Te das cuenta de lo fundamental que es la claridad en los textos? La manera en que están escritos puede influir en el interés de las personas. Suele pasar que, si algo no es coherente, se abandona rápidamente la lectura. No lo compartes, ni lo recuerdas.

Realiza el siguiente ejercicio, tú tienes la misión de analizar si el siguiente párrafo es coherente o no. Puedes escribir la respuesta en tu cuaderno.

“Basándose en los resultados obtenidos, en la encuesta aplicada a niños de tercero y cuarto años de primaria, se puede decir que el refresco “A” tiene un índice de superioridad sobre el “B” y otras bebidas en el mercado, tanto en sabor como en publicidad. Los niños prefieren consumir “A” principalmente por el sabor, pues consideran que es mejor que el de “B” o el de las otras marcas. Además, las campañas publicitarias que se usaron para “A” influyeron, hasta cierto punto, en el gusto del niño.”

¿Cuál sería tu respuesta?

Si hay coherencia dentro del párrafo, se entiende de manera adecuada todo lo que está escrito, algo que sirve es leer los textos en voz alta. Muchas veces, el oído es la primera entrada para identificar incoherencias.

Cuando algo suena raro, es posible que tenga pequeños errores. Revisar los textos o informes de resultados es un proceso que requiere  reflexión y práctica.

Se recomienda hacer varias lecturas y reescrituras de diferentes borradores antes de lograr un texto acabado. Es un consejo muy valioso, ya que puede ser que en las primeras revisiones no logres distinguir algunas fallas.

Observa el siguiente material que podría ser de utilidad en este proceso.

  1. Aprendiendo a corregir un texto

¿Y qué se puede hacer si cuando redactas un texto resulta inevitable repetir algunas ideas o conceptos que consideras esenciales para el tema que estas tratando?

Puedes emplear procedimientos, como los ya mencionados sinónimos, o cambiar la sintaxis del escrito. Esto, además, puede ayudarte a generar un texto lingüísticamente atractivo. El lenguaje es tan vasto que te permite transmitir el mismo contenido usando diferentes palabras.

Entonces, para que tus informes sean comprensibles, es necesario que tengan unidad de sentido y de forma, es decir que tus palabras y oraciones estén relacionadas entre sí. Y para que tus informes tengan coherencia, te sugerimos algunas recomendaciones.

Primera recomendación: Leer detenidamente el informe una o dos veces, y cuando se escuche algo extraño, detente y analízalo.

Segunda: Evitar las redundancias o la repetición de palabras, y si encuentras algo similar en tu informe, puedes recurrir al uso de sinónimos.

Tercera: No puede haber contradicciones en la información, es decir, en los datos, las cantidades, las fechas, los nombres, ni en las valoraciones negativas, positivas o neutras que se incluyen.

Cuarta: Ajustar el lenguaje a la situación comunicativa y social en la que está siendo utilizada, es decir, debes considerar si los resultados son o no adecuados al conocimiento de tu interlocutor.

Quinta: El texto debe ser pertinente al contexto; debe haber una relación entre la actualidad y la población.

Y sexta: Debe adecuarse a las características del receptor: su edad, su origen, su nivel cultural, académico, etcétera.

Estos seis aspectos te ayudarán a revisar tus propios informes.

Sobre todo, no debes olvidar usar tu creatividad al momento de utilizar formas diversas para describir cosas o conceptos similares. Verás que te puede evitar muchas complicaciones.

Recuerda que el lenguaje es amplio y permite jugar de muchas maneras con él. Es interesante la manera en que la coherencia y la cohesión están unidas al interior de un texto, de tal manera que no se puede utilizar una sin la otra.

El sentido de cualquier texto que escribas tiene que partir de estas dos normas. No sólo se tiene que escribir lo que se te venga a la mente. Efectivamente, ambas juegan papeles muy importantes durante la elaboración y redacción de tus textos. Para que exista la coherencia, también debe haber cohesión y viceversa.

Cuando escribes, lo que esperas es que quien te lea, comprenda de lo que se trata tu texto. Por eso es de suma importancia centrarte en un tema y cuidar que todas las ideas vayan en relación a éste.

Tampoco debes olvidar la importancia de releer y ajustar el texto las veces que sean necesarias para asegurarte que tenga congruencia y pueda ser entendido con claridad.

El Reto de Hoy:

Busca diversos textos, léelos y analízalos, y una vez que hayas comprendido su contenido, cambia algunas palabras u oraciones para que notes la diferencia en su redacción. Después léelos con tu familia y pregúntales si los entendieron con tales modificaciones. Esto podría ayudarte a desarrollar la capacidad de expresar las mismas ideas con distintas palabras.

Recuerda que “el éxito en la vida no se mide por lo que logras, sino por los obstáculos que superas”.

¡Buen trabajo!

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