La musicalidad de los poemas – Lenguaje Quinto de Primaria

Aprendizaje esperado: Identifica algunos de los recursos literarios de la poesía.

Muestra interés y sensibilidad al leer y escribir poemas.

Énfasis: A partir de la lectura, reflexiona y caracteriza los recursos literarios empleados en los poemas: rima, métrica, adjetivos y adverbios, y los ejemplifica.

¿Qué vamos a aprender?

Identificarás algunos de los recursos literarios de la poesía.

En sesiones anteriores hemos revisado en los poemas el lenguaje figurado y algunos recursos literarios que lo hacen posible, especialmente la comparación y la metáfora, por medio de los cuales se transforma el significado usual de las palabras y frases para decir algo distinto.

En la sesión de hoy vamos hablar de la musicalidad que pueden tener los poemas gracias a las palabras. Para eso, vamos a mencionar algunos recursos del lenguaje poético como la métrica, la rima, las repeticiones de distinto tipo y, entre ellas, las aliteraciones.

¿Qué hacemos?

Para comenzar a hablar de la musicalidad de los poemas, quiero que reflexiones sobre las siguientes preguntas:

  • ¿Qué entiendes por ritmo?
  • ¿Dónde lo encontramos?
  • ¿En qué consiste?

En el caso de la música, el ritmo es algo que se repite y sirve de base para el desarrollo de la melodía. En muchos casos, identificamos las melodías por el tipo de ritmo que tienen: vals, cumbia, chachachá, marcha, etcétera.

En algunas partes de México, el vals es el tipo de melodía que se suele bailar en las fiestas de quince años o en otros festejos formales, como las graduaciones o las bodas. Ese ritmo tiene tres tiempos y generalmente el primero suena más fuerte que los otros.

Te propongo que escuches un fragmento del conocido vals “Sobre las olas”, del compositor guanajuatense Juventino Rosas. Presta atención a la manera en que se van marcando los tres tiempos del ritmo de vals con algunos de los instrumentos, mientras los otros tocan la melodía principal.

  1. Juventino Rosas-Sobre las olas Secretaría de Cultura. México.

Ve lo que sucede con una canción muy conocida: “Las mañanitas”, que también tiene ritmo de vals. Te propongo que cantes la primera estrofa mientras vas marcando el ritmo con las palmas.

Estas son las mañanitas

que cantaba el rey David,

a las muchachas bonitas

se las cantamos así.

Si te das cuenta, la palmada fuerte del ritmo de tres tiempos cae siempre en dos partes de cada verso, primero, de la segunda a la cuarta sílaba y luego, en la sexta sílaba.

Cuando se le pone música a un poema se hace coincidir el ritmo de la música con la musicalidad del verso.

Lee sin música la estrofa de las mañanitas que tienes aquí y trata de apreciar la entonación que le das a las palabras. Toma en cuenta las sílabas de las palabras y los sonidos que se repiten.

Estas son las mañanitas

que cantaba el Rey David,

a las muchachas bonitas

se las cantamos así.

La rima se identifica a partir de la sílaba que suena más fuerte en cada palabra (se llama la “sílaba tónica”). Las palabras “David” y “así” son agudas porque su última sílaba es en la que ponemos énfasis al pronunciar. En ambas sílabas está la letra “i”, por eso suenan parecidas. Esto es lo que se llama rima asonante.

Las palabras “gato” y” caballo” tienen rima asonante porque su sílaba tónica es la penúltima y a partir de ahí las dos palabras coinciden en las vocales “a” y “o”. En cambio, “mañanitas” y “bonitas” terminan exactamente igual. A eso se le llama rima consonante.

Las sílabas que suenan más fuerte en estos versos están casi en los mismos lugares, sólo cambia en “muchacha”, donde la primera “cha” es la sílaba tónica. Esta distribución de las sílabas que suenan más fuerte contribuye al ritmo de los versos porque tienen una extensión similar en el número de sílabas.

Al contar los versos en los poemas, a veces se unen las vocales que aparecen juntas, aunque formen parte de palabras distintas.

Es importante que sepas que en algunos poemas de versificación tradicional se usan versos que tienen un número fijo de sílabas. El número de versos puede variar de un poema a otro.

En los versos de sílabas iguales se encuentran elementos sonoros que se repiten de manera regular, como algunas sílabas tónicas o las rimas.

Para ver algunos de estos elementos, te propongo que leas el poema “Un buen sueño”, del poeta cubano Eliseo Diego, que puedes encontrar en la página 15 de tu libro de Lecturas.

Un buen sueño.

Eliseo Diego

A gusto duerme el gato

en torno de sí mismo:

de pata y lomo a cola

es él y da lo mismo.

Pues se ha dormido todo

nariz, bigote y ceja.

¿Dormido todo? Bueno…

¡De guardia hay una oreja!

Ve los versos de este poema, que tienen una medida de siete sílabas.

Señalando los dos primeros versos de la primera estrofa: A-gus-to-duer-me el-ga-to / en-tor-no-de-sí-mis-mo.)

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y siete. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y siete. ¿Qué elementos sonoros identificas que se repiten? Puede ser de un verso a otro o dentro de cada verso.

En la primera estrofa se repite la palabra “mismo” que rima consigo misma; en la segunda estrofa riman “ceja” y “oreja”, que en todos los versos la segunda y la sexta sílabas suenan más fuertes que las demás.

A gusto duerme el gato

en torno de sí mismo:

de pata y lomo a cola

es él y da lo mismo.

En algunos casos, la segunda, la cuarta y la sexta sílabas del verso son las que suenan más fuerte, como en:

de pata y lomo a cola y en nariz, bigote y ceja

En el habla cotidiana, hay sílabas que suenan más fuertes al decir una frase de varias palabras. Los poetas juegan con ellas para dar ritmo a los poemas, y puede ser divertido identificar para apreciar su musicalidad.

Te puedes dar cuenta que los sonidos de las letras “eme” y “se” se repiten con cierta frecuencia a lo largo de todo el poema. Pero veamos otro poema donde podemos encontrar con mayor claridad distintos tipos de repeticiones.

Te propongo que leas y comentes algunos fragmentos de las páginas 82 y 83 de tu libro de Lectura “Romance de la luna, luna”, del poeta español Federico García Lorca.

Romance de la luna, luna.

Federico García Lorca

La luna vino a la fragua

con su polisón de nardos.

El niño la mira, mira.

El niño la está mirando.

En el aire conmovido

mueve la luna sus brazos

y enseña, lúbrica y pura

sus senos de duro estaño.

En el glosario de las páginas 154 y 155 dice que “fragua” es un fogón donde se calientan los metales para trabajarlos y “polisón” es una especie de armazón que se ponían las mujeres hace muchos años para que sus vestidos se vieran amplios.

Puede ser de utilidad comentarte un poco del contexto del poema y darte algunas pistas sobre su sentido general.

Federico García Lorca vivía en el sur de España, donde existe una importante presencia de los gitanos. Los integrantes de este pueblo suelen vivir al margen de la sociedad y viajar constantemente de un lugar a otro. Entre sus oficios ha estado el de la orfebrería con las que elaboran adornos de metal, como pulseras o collares.

En este poema, Lorca convirtió un accidente trágico (un niño gitano cae en la fragua y muere) en una historia poética: el niño es atraído por la luna y por eso cae en la fragua. La luna es de metal, y por eso le dice que se vaya o los gitanos la van a usar para hacer collares y anillos.

Viendo el final del poema y cuenta que la luna se lleva al niño mientras los gitanos lloran.

Cómo canta la zumaya

¡ay, cómo canta en el árbol!

Por el cielo va la luna

con un niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran

dando gritos, los gitanos.

El aire la vela, vela.

El aire la está velando.

La musicalidad del poema contribuye a que te alejes de la realidad cotidiana y te metes en el mundo mágico del poema, por eso hay tantas frases y palabras que se repiten desde el título.

Romance de la luna, luna.

El niño la mira, mira.

El niño la está mirando.

El aire la vela, vela.

El aire la está velando.

Además, hay otras repeticiones que apoyan la musicalidad del poema: está la rima asonante “a-o” en todos los versos pares, también está la repetición de sonidos: consonantes, vocales y hasta sílabas en diferentes partes del poema, por ejemplo, en los dos últimos versos de la primera estrofa y en los dos primeros versos de la segunda, predominas los sonidos en las palabras “mira”, “mirando”, “conmovido” o “mueve” hay muchas emes.

Lo que ocurre con los dos últimos versos de la segunda estrofa es que hay dos repeticiones. Primero, en “enseña… sus senos de duro estaño”, predominan la ene, la eñe y la ese, además, en “lúbrica”, “pura” o “duro” predomina la “u” y la ere.

En varias partes del poema hay palabras que repiten las vocales “u” y “a”, siempre la “u” antes de la “a”, como en “luna”, “fragua” y “zumaya”.

En resumen, la musicalidad y el ritmo son elementos muy importantes de muchos poemas y que se hacen presentes a través de distintos recursos, como son:

  • La métrica, que se refiere a que en muchos poemas los versos tienen una extensión parecida, cuando contamos las sílabas.
  • La rima, que consiste en la repetición de sonidos al final de las palabras, a partir de la última sílaba tónica. Aparece especialmente al final de los versos.
  • La combinación de rimas puede ser distinta de un poema a otro, dando lugar a distintos tipos de estrofas.

Es posible reconocer distintas clases de repeticiones sonoras en la poesía, por ejemplo: de consonantes, vocales y sílabas. A estas repeticiones se les llaman aliteraciones. Además, se pueden repetir frases y oraciones, algunas veces, escritas en un orden similar.

El Reto de Hoy:

Consulta otros libros y comenta el tema con tu familia, compartan poemas e identifiquen juntos la métrica y la rima.

¡Buen trabajo!

Gracias por tu esfuerzo.

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