Y a los cuidadores, ¿quién los cuida? – Valores Educación Inicial

Aprendizaje esperado: brindar estrategias que fortalezcan física y emocionalmente a quienes están a cargo de personas con discapacidad.

Énfasis: estrategias de autocuidado para madres, padres de familia, cuidadores en general para evitar la sobrecarga física y emocional.

¿Qué vamos a aprender?

Hola, papás, mamás, cuidadores y cuidadoras. En esta sección se ha preparado información relevante para Ustedes que les auxilie en la crianza de sus hijas o hijos.

En esta sesión se tocará el tema sobre la educación inclusiva, y cómo se debe dirigir a las personas con discapacidad y cómo promover mejores procesos de aprendizaje.

En el marco de la Educación Inclusiva, el modelo social de la discapacidad promueve e impulsa la necesidad de eliminar estereotipos, prejuicios y actos de discriminación que generan desigualdad y exclusión social.

En esta sesión se conocerá acerca de la importancia de las cuidadoras y los cuidadores y su bienestar.

Si bien este espacio se ha dedicado durante muchos meses a las alumnas y alumnos con discapacidad y aptitudes sobresalientes, no se debe de olvidar que hay un aspecto trascendental en su vida, que son las y los cuidadores, es decir, las personas que están la mayor parte del tiempo acompañándolos no solo en su aprendizaje sino también en la satisfacción de sus necesidades básicas.

Los cuidadores son aquellas y aquellos con quienes pueden contar en casa para que las alumnas y alumnos logren sus aprendizajes, pero pocas veces tienen atención en que, si ellos, los cuidadores, no están bien, no podrán apoyar a las alumnas y alumnos. Y poder orientarlos al respecto, la preocupación de docentes que observan el cansancio o desgaste en las relaciones del alumnado y sus cuidadores.

Y a los cuidadores ¿Quién los cuida?

Muchas veces ellos mismos, pero es su labor, brindarles estrategias para cuidar su salud física y emocional, sobre todo ahora que han estado durante mucho tiempo en casa y que las tareas se han incrementado.

En otro momento, al llevar a las niñas y niños a la escuela, el cuidador tenía tiempo para desarrollar otras actividades o bien descansar algunos momentos de esta ardua labor.

Lo primero que se va a revisar son algunos datos importantes. Las familias, sus integrantes y su dinámica han cambiado a lo largo del tiempo, que se ha encontrado en un momento especial en el cual, las actividades que antes se realizaban en otros espacios se concentran ahora en un mismo lugar. Y que esto determina y modifica el papel del cuidador.

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En la actualidad existe una gran diversidad de familias y dinámicas que se ven influidas por su propia historia, cultura, hábitos de crianza y necesidades económicas, además en el caso de las familias de personas con discapacidad se añaden otros componentes como la asistencia y acompañamiento para brindar los apoyos necesarios a las alumnas y alumnos. Todos estos factores determinan la persona que ejerce la función de cuidador, sin embargo, en México el cuidado recae la mayoría de las veces en las madres de familia o los hermanos mayores cuando los hay, otro dato importante es que generalmente son mujeres.

Se definen en dos tipos: cuidadores primarios y secundarios.

Los cuidadores primarios son las personas que tienen el mayor peso en la responsabilidad de los cuidados de atención y asistencia y generalmente tienen una relación directa con el alumno, suelen ser sus padres o sus hermanos.

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Y los cuidadores secundarios pueden ser familiares o personas externas a la familia que colaboran en algunos momentos con la atención. Aquí también pueden ser las instituciones educativas o sociales.

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Todas las alumnas y alumnos con discapacidad requieren de un cuidador porque no sería posible favorecer su desarrollo y aprendizaje si no tuvieran esta figura. Pero su nivel de intervención dependerá del tipo de discapacidad, los apoyos que requiere para su movilidad o comunicación, la edad del alumno, la autonomía que ha desarrollado, así como de las condiciones que existen en casa.

Por ejemplo, un niño con discapacidad auditiva de nivel primaria requiere un acompañamiento diferente a otro en preescolar con discapacidad motriz que necesita apoyos para su movilidad, o bien uno con discapacidad visual en secundaria que está aprendiendo a utilizar el bastón en espacios diferentes a la casa o escuela.

Cuando las alumnas y alumnos requieren apoyos permanentes para actividades de higiene, alimentación, movilidad o interacción social en mayor medida necesitan de la presencia del cuidador

Por ejemplo, un niño con discapacidad auditiva de nivel primaria requiere un acompañamiento diferente a otro en preescolar con discapacidad motriz que necesita apoyos para su movilidad, o bien uno con discapacidad visual en secundaria que está aprendiendo a utilizar el bastón en espacios diferentes a la casa o escuela. ¿Y en el caso en el que se requieren apoyos permanentes?

En estos casos, cuando las alumnas y alumnos requieren apoyos permanentes para actividades de higiene, alimentación, movilidad o interacción social en mayor medida necesitan de la presencia del cuidador.

Imaginen a un alumno con una discapacidad psicosocial que enfrenta dificultades para interactuar con su familia o compañeros de clase, y que, incluso, requieren de un acompañamiento permanente durante el día dentro de la escuela. O en los alumnos con discapacidad motriz quienes necesitan apoyos para la movilidad y traslados, cambio de postura, asistencia para la alimentación y las medidas higiénicas. En estos casos el papel del cuidador también cambia a lo largo del tiempo.

Y como se ha mencionado, esto va a depender del tipo de apoyos que se requieran, la función del cuidador puede ser temporal o permanente.

Inclusive en los casos donde se requiere más apoyo los cuidadores pueden y deben cambiar. Se ha observado que en algunas familias los roles van cambiando dependiendo de la edad del menor, sus condiciones, intereses y necesidades básicas como de integración al medio familiar, escolar y social.

Este cambio de roles es una estrategia que evita un desgaste prematuro de los cuidadores primarios.

Cuando un cuidador no atiende su salud física y emocional, de forma personal puede caer en el Síndrome o sobrecarga del cuidador, con manifestaciones como el estrés crónico, cansancio físico, sensación de hartazgo, impotencia y frustración por no poder atender sus propias necesidades.

También repercuten en la cuestión educativa, porque pueden llevar a que dejen de cumplir su función como apoyo para el aprendizaje o bien, que generen dinámicas inadecuadas con la alumna o el alumno.

En el siguiente video la maestra Malvina Rodríguez, explica las cinco cargas que lleva esta figura y las consecuencias que pueden repercutir en el cuidador como en la persona de la que está a cargo.

  • Cinco cargas que lleva el cuidador y las consecuencias

En muchas ocasiones, no se percatan de la relevancia de esta figura para el desarrollo integral de las y los alumnos. La escuela, a pesar de la distancia, puede guiar a las familias con estrategias y orientaciones que les ayuden a realizar de la mejor manera su función, por ello el docente de educación especial que conoce a sus alumnos, así como el contexto familiar y social en el que se desenvuelven, puede, dentro de sus acciones, orientar al cuidador con diferentes estrategias como las siguientes:

Primero se deben analizar todas las condiciones particulares, es decir las características personales del cuidador, su edad, sexo, condición física y emocional, los cuidadores secundarios de los que se puede valer dentro y fuera de casa, las redes de apoyo con las que cuenta en la escuela u otras instituciones que puedan apoyarlo, los horarios y espacios que tiene disponibles para brindar atención. Hablarlo en familia y permitir la orientación de profesionales como el docente o el equipo de apoyo: trabajador social y psicólogo.

Inclusive pensar en su proyecto de vida y el tiempo que tendrá disponible para ejercer su función de cuidador.

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La utilidad de las rutinas para las alumnas y alumnos. De igual manera el cuidador debe establecer sus turnos en las actividades diarias de manera clara y preferentemente con horarios.

Se debe reconocer la responsabilidad que tienen al ser cuidadores primarios, sin embargo, es importante dar seguimiento a esta rutina establecida y darlos a conocer con el resto de las personas involucradas, para poder compartir en la medida de lo posible algunas funciones en los cuidadores secundarios.

Esta rutina debe incluir momentos de ocio, descanso y satisfacción de las propias necesidades, alimentación y cuidado físico. En el caso de cuidadores de alumnas y alumnos con discapacidad, ¿cómo cuidan el cuerpo para evitar lesiones?

Es importante cuidar la postura en el acompañamiento y movilidad de personas con discapacidad. Siempre será útil conocer de los docentes especialistas el manejo adecuado del alumno o alumna con discapacidad. Pueden dedicarse espacios como la “Escuela para padres” donde trabajen en pequeños grupos, orientaciones como: la postura para asistir el cambio de pañal, el control de esfínteres y el manejo de la silla de ruedas; también pueden auxiliarse de los docentes de educación física y vida saludable que aporten recomendaciones para cuidar de la alimentación y el cuerpo.

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El cuidador debe promover el autocuidado, pero también debe saber buscar y recibir ayuda de ciertas redes de apoyo que permitan hacer su trabajo más ligero, en la medida en que se lleve a cabo un proceso en el cual se identifiquen sus necesidades, reconozca sus límites y posibilidades y establezca estas redes con familiares y grupos de apoyo, podrá entonces: planificar, compartir el trabajo y reconocer y manejar de mejor forma sus sentimientos y emociones. Esto permitirá que realice su función eficazmente, con un sentido de satisfacción y en un ambiente de armonía.

Por otro lado, los casos en donde se requieren apoyos permanentes para actividades de higiene, alimentación y movilidad donde es necesario la permanencia del cuidador o donde hay escasos apoyos secundarios.

El cuidado de personas en situación de mayor dependencia es muy exigente y algunas veces acelera el agotamiento, frustración y desgaste de los cuales se mencionaron al principio. De ahí la importancia de poner mayor atención en todos los elementos del autocuidado.

En estos casos la rutina será compartida en los momentos de ocio, descanso y actividad física, tal vez el alumno necesita compañía, pero ambos estan disfrutando de un momento de ocio, de apreciación artística o realizando un ejercicio al aire libre, podrían realizar una actividad relajante con distintos implementos.

En esta etapa de confinamiento pueden aprovechar los recursos a distancia que ofrecen las carteleras culturales y recreativas, existen conciertos, obras de teatro y visitas virtuales a museos que pueden disfrutar juntos, inclusive guiarse con videos de ejercicios de meditación, relajación y estiramiento que promueven una vida saludable.

Por otra parte, ¿cómo pueden otras personas apoyar al cuidador? El cuidador debe identificar a las personas con las cuales tiene mayor confianza para comunicarse, desahogarse o plantear sus necesidades, debe tener la oportunidad de expresarse y ser escuchado, participando en redes de apoyo.

De igual forma, debe identificar sus sentimientos y emociones para poder canalizarlos de forma adecuada, si es posible recibir apoyo del equipo con técnicas de relajación o meditación que le permitan reducir el estrés.

Los docentes pueden dar un panorama acerca de las características del alumno, sus potencialidades y posibilidades de autonomía para que el cuidador establezca en qué momentos se requiere más su intervención y en qué momentos debe favorecer la independencia del alumno.

Es importante es que la o el cuidador, tenga la mayor información posible sobre a quién va a apoyar, entre mayor autonomía tengan las y los alumnos los tiempos de intervención serán menores.

Es de vital importancia que se identifiquen los apoyos necesarios que requiere la o el alumno con discapacidad ya sea para su movilidad o comunicación, revisar que sean los idóneos y se encuentren en buen estado, facilitará el trabajo del cuidador.

¿Conocen alguna alternativa para que los cuidadores reduzcan el estrés? Si no conocen, en el siguiente video aprenderás sobre las estrategias que el Mtro. Daniel Hidalgo Caudillo, psicólogo de CAM comparte para que ustedes puedan llevarlas a cabo. Son muy sencillas y no requieren materiales costosos, favorecen el bienestar cuando las practican de forma regular.

Serán de gran utilidad estas estrategias de relajación, sin embargo, hay casos en los que esto no es suficiente y las relaciones han comenzado a deteriorarse.

Cuando identifican que no pueden en familia, regular estas emociones o sentimientos y la dinámica se está alterando, deben buscar ayuda profesional en los cuidadores secundarios que ya había mencionado, otros familiares, instituciones o profesores y equipo de apoyo con los que cuentan en las escuelas.

Ellos proporcionan otras herramientas o los pueden orientarán para encontrar los apoyos especializados que se requieran, cómo una buena salud emocional puede incidir en la relación con las alumnas y alumnos, pero sobre todo impactar favorablemente en su aprendizaje.

Con todo esto que se ha mencionado en esta sesión y que han conocido podrán ayudar a que el equipo de cuidadores en casa que son los padres y madres de familia puedan continuar satisfactoriamente con su labor.

Muchas gracias por su atención.
¡Hasta la próxima!

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