¡Y se abre el telón! – Artes Segundo de Primaria

Aprendizaje esperado: Utiliza sus posibilidades corporales en la adaptación de secuencias en una manifestación cultural o artística para dotarla de un sentido propio.

Énfasis: Aprecia distintas manifestaciones artísticas (teatro) para darles sentido propio.

¿Qué vamos a aprender?

Apreciarás la manifestación artística del teatro y le darás un sentido propio.

¿Qué hacemos?

Realiza las siguientes actividades.

  1. Recordando previas acciones.

¿Alguna vez has tenido que representar a algún personaje en tu escuela, en alguna obra, o en algún festival en especial?

En sesiones anteriores has representado diferentes personajes, en ellas se te ha ayudado a expresar emociones de diferente manera, ya sea utilizando una imagen, un cuento, una historia, una escultura e, incluso, has caracterizado a tu familia.

¿Recuerdas la sesión de Mis grandes aventuras, donde planteamos la posibilidad de representar tu propia aventura en un espacio imaginario?

Ahí la maestra Elvira actúo el personaje de un cavernícola, ¿Lo recuerdas?

Observa el fragmento del minuto 8:30 – 9:50 del siguiente video.

  • Mis grandes aventuras.

También de manera dancística te apropiaste de un personaje que puedes actuar, como cuando el maestro Lalo te demostró al Viejo en la clase de: El movimiento, el sonido y el color.

Recuérdalo mirando el fragmento del minuto 15:50 – 16:40 del siguiente video.

  • El movimiento, el sonido y el color.

¿Recuerdas la caracterización extraordinaria del maestro Erick?

Vuelve a verla en el fragmento 2:23 – 3:15 del siguiente video.

  • Creando mis trayectorias.

¿Recuerdas si el maestro Alan ha interpretado algún personaje? Porque yo lo recuerdo como el Mago Alancín, en la clase de La magia de los colores.

Mira el fragmento del minuto 1:14 al 2:23 del siguiente video para recordar este hecho.

  • La magia de los colores.

Muchas de las actividades que has realizado en las sesiones de Artes para segundo grado, tienen que ver con reconocer cada una de tus cualidades y características propias, para poder enfocarlas o desarrollarlas en toda la gama de especialidades que tiene el Arte.

Cada uno de los seres humanos, poseemos habilidades y gustos distintos, ya sea sobre el sonido y la música, ya sobre lo visual como la pintura o escultura o ya sobre la expresión teatral.

Precisamente ese es el objetivo de esta sesión de Artes, permitirte o darte la oportunidad de apreciar el Arte en todas sus manifestaciones y reconocer qué habilidades tienes.

Esta sesión te ayudará a desarrollar tu imaginación y, a través de ella, mejorarás las propuestas que te hicimos a través de los retos.

Seguramente a lo largo de cada sesión de Artes, has desarrollado dotes para lograr expresarte mediante la expresión teatral.

Precisamente en esta sesión, te proponemos dos formas diferentes de hacer teatro.

Piensa cuál te gustaría representar en casa en compañía de tu familia.

Para comenzar, te propongo que selecciones una historia que ya esté escrita, por ejemplo, un cuento, a partir de ella realiza la representación, también puedes crear tu propia historia.

Una vez que tengas la historia, busca un espacio adecuado para presentar tu obra. Invita a tu familiar a formar parte de tu obra y dales un personaje.

Lee con atención las siguientes representaciones El hombre flojo de Luis de la Peña. En ellas identifica dos formas diferentes de representarla teatralmente.

  1. Teatro objeto.

En esta obra teatral titulada El hombre flojo hay dos actores, Alejandro Cárdenas y Alan Miranda.

La historia es contada sobre una mesa con los siguientes objetos, los cuales se irán ocupando para representar lo que ocurra en la historia.

Un sombrero para el hombre flojo.

Un rebozo para su esposa.

Un fuete para el dueño del rancho.

Una vaca de peluche.

Carbón vegetal.

Un cinturón con hebilla grande.

Un caballo de juguete.

A través del siguiente enlace, puedes conocer el formato original de la obra.

  • El hombre flojo de Luis de la Peña.

https://aprendeencasa.sep.gob.mx/multimedia/RSC/Documento/202105 /202105-RSC-rJNNheAShW-El-Hombre-flojo.pdf

Había una vez un hombre muy flojo. No quería trabajar, se acostaba temprano y no le gustaba madrugar.

Su esposa ya no tenía dinero para comprar la comida. “Vete a buscar trabajo al rancho”, le dijo muy enojada.

El flojo se fue al rancho y buscó al dueño del lugar. “Oiga señor, quiero un trabajo que me acomode”, le dijo cuando lo encontró.

El señor le contestó que podía ordeñar las vacas, tenía que madrugar y meterse al corral.

El flojo respondió que no, eso no lo podía hacer, porque le gustaba dormir y era pesado ese quehacer.

Entonces el dueño le ofreció trabajo de carbonero, pero al flojo tampoco le acomodó. “Ay, señor me tizno mucho la cara”, le contestó.

Ya medio enojado, el dueño le preguntó si quería ser capataz.

El flojo le dijo que era muy cansando mandar a tanta gente.

“Para que no te canses, podrás andar a caballo”, le ofreció el dueño.

El flojo no quería saber de caballos, eso era peligroso y le podría caer un rayo.

El flojo pidió que mejor le diera un trabajito en el que nomás tuviera que estar acostado.

El dueño, muy enojado, le dijo: “Váyase a la porra, hombre flojo y descarado”.

El flojo se fue a su casa y su esposa le preguntó: ¿Qué trabajo conseguiste? El flojo se quedó pensando y dijo: “Ninguno, nada me acomodaba”.

¿Qué tal? ¿Te gustó la obra?

¡Que bien! Continua con la siguiente representación.

  1. Monólogo.

La representación corre a cargo de la actriz Érica Islas.

El título de la obra es, El hombre Flojo de Luis de la Peña.

Entra el hombre flojo caminando muy despacio. Tiene mucho sueño y bosteza.

¡Buenos días! oiga, usted sabe si de casualidad hay por aquí una camita en la que pueda tomar una siesta.

¿Siesta? Pero es muy temprano, además, este es un salón de clases y estamos en medio de una actividad muy importante.

¿Un salón de clases? ¡Ay sí, es cierto! A mí me gustaba mucho ir a la escuela, pero la verdad me daba mucha pereza levantarme temprano y ya no fui más. No se preocupe usted siga, yo me acomodo aquí en un rincón.

Señor, pero espere, ¿No tiene usted dónde dormir? ¿Una casa?

Sí, yo tenía una casa, pero déjeme le cuento mi historia. Haga de cuenta que (se duerme y el maestro lo despierta).

¡Ay, perdón! ¿En qué estaba? ¡Ah, sí! Pues fíjese que yo vivía con mi esposa, pero anda conmigo bien enchilada, mohína, enojada, pues, y me corrió.

¿Cómo cree? ¿Qué pasó?

Déjeme le cuento mi historia, haga de cuenta que (se duerme y el maestro lo despierta de nuevo) ¡Ay, perdón! ¿En qué estaba? ¡Ah, sí! pues me corrió porque ya no teníamos dinero para comprar nada, ni comida y yo no tengo trabajo.

Es que es muy cansado buscar trabajo, ¿No cree? Estaba yo apenas despertando de mi octava siesta del día cuando me dice bien enchilada: Ya estuvo bueno, vete a buscar trabajo al rancho y pues ni modo, tuve que ir.

Y me fui rapidito.

Llegué con el capataz del rancho y le dije, -Oiga pues ando buscando trabajo, pero uno que me acomode- porque andar incómodo es muy feo, me contestó, Necesitamos a alguien que ordeñe las vacas, se levanta tempranito y se mete al corral.

Y desde ahí ya teníamos un problema porque, ¿Cómo que madrugar y levantarme tempranito? No, eso no es para mí, además, ordeñar es bien pesado, duelen las manos, y la verdad eso no me acomoda.

Entonces, el capataz me ofreció otro trabajo, ¿Adivine de qué? De carbonero, imagínese usted, lo intenté de verdad, pero ¡ay no! es bien pesado y se tizna uno toda la cara y ¡miré! ¡Cómo quedaron mis manitas después de levantar una piedrita! No, eso no me acomoda.

Y ahí estábamos y le empecé a ver la cara al capataz como que ya se estaba enojando y fruncía el ceño y me miraba feo y que me dice ¡Uy! Pues, ¿No quieres capataz?”

Lo pensé un momento y dije, “No, cómo cree, es bien cansado mandar a tanta gente”. Imagínese estar a cargo y decirles que hacer, usted ni se imagina, pero ha de ser bien cansado y eso a mí no me acomoda.

Ya me cansé de platicarle, ¿No tiene una sillita? No, ¿Sabe qué? No me acomoda, gracias.

¡Ah! Y le cuento que hasta me ofreció un caballo para que no me cansara, pero no, andar en caballo es bien peligroso, qué tal que me caigo, qué tal que me patea. Imagínese subirse. Ha de ser bien cansado, está bien alto y pues no me acomoda.

Ya al final le pregunté si no tenía un trabajo donde nada más tuviera que estar así, acostadito.

Pues que se indigna y que me echa para afuera y que me dice “Váyase a la porra hombre flojo y descarado”.

¿Cómo ve? Le iba a responder, pero me dio flojera la verdad. Y ya, me regrese rapidito a mi casa.

Cuando llegué me estaba esperando mi esposa, y quería saber qué trabajo había conseguido y pues le tuve que decir “Ninguno, nada me acomodaba”.

Y lo que sigue es historia. Me quedé sin casa, pero me da flojera andar buscando, entonces, llegué aquí y como que aquí sí me gusta para echarme esa siestecita.

¿Te gustó el teatro en casa?

Lo interesante es conocer que existen diferentes formas de representar una obra, en esta sesión de Artes pudiste observar sólo 2 de muchas que existen.

Como pudiste darte cuenta, en la primera presentación se utilizaron objetos que fueron adquiriendo vida al mismo tiempo que se narraba, justo lo que iba pasando con ellos y esto da la posibilidad de imaginarnos y crear escenarios diferentes, así como entender la posibilidad de darle vida a un objeto que se encuentra olvidado.

En la segunda representación, pudimos apreciar la creación del personaje de la obra por una misma persona, esto permitió dar más detalles que no existen en la narración.

Ahora es tu turno de elegir cuál será tu representación; puede ser diferente a las que hoy apreciaste.

Anímate a jugar con historias y personajes, a crear tus propios escenarios y divertirte con tu familia.

Si te es posible consulta otros libros y comenta el tema de hoy con tu familia.

¡Buen trabajo!

Gracias por tu esfuerzo.

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