Huellas del pasado novohispano – Historia Segundo de Secundaria

Aprendizaje esperado: Reconoce la presencia del patrimonio arquitectónico virreinal en el México actual.

Énfasis: Identificar las huellas arquitectónicas del periodo virreinal en su localidad y en algunas ciudades de México.

Clases de segundo de secundaria viernes 2 de julio 2021

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¿Qué vamos a aprender?

En la sesión de hoy identificarás las huellas arquitectónicas del periodo virreinal en algunas ciudades de México.

¿Qué hacemos?

Relacionado con el tema de hoy, leerás un fragmento de un texto escrito por el historiador del arte Jorge Alberto Manrique, y que se encuentra en el libro Historia general de México. En este texto habla de una herencia muy particular del periodo virreinal, las catedrales.

“La catedral es el edifico citadino por excelencia. Símbolo religioso y símbolo civil, es la obra que compendia lo que la ciudad era, y expresión de su orgullo. Así lo había sido en la Edad Media europea y así vino a serlo en la Nueva España del siglo XVII.

Catedral de Guadalajara, 1618

Catedral de la Ciudad de México, 1667

La secuela de las primeras grandes catedrales mexicanas se escalona a lo largo de esta centuria, a partir de la dedicación de la de Mérida en 1598, la de Guadalajara en 1618, y las dos más importantes: Puebla en 1649 y México en 1667. Iniciadas todas ellas en el siglo anterior, permanecen sin excepción como obras casi utópicas, sueños inalcanzables de grandeza, con sus obras que avanzan penosamente o de plano detenidas por lustros y decenios. Las coge a medio camino la actitud depresiva de la crisis novohispana de finales del XVI y principios del XVII; sólo Mérida podrá ver cerradas sus bóvedas en los últimos años del siglo de la conquista: las demás deberán esperar las intensas campañas de trabajo de un siglo barroco en que vuelve a renacer la esperanza, se configura la actitud vital del mundo criollo y se asienta firmemente la ciudad como elemento rector de la vida de Nueva España.

Catedral de Mérida, Yucatán, 1598

Será ese siglo barroco el que las vestirá suntuosamente con retablos, coros de canónigos, órganos, cipreses […] estableciendo un armonioso contrapunto entre sus estructuras renacentistas manieristas y las formas fastuosas del nuevo estilo. La catedral es por razón natural obra de amplio aliento y planeada a largo plazo, que procede normalmente por yuxtaposiciones. La mayor parte de ellas, aunque dedicadas en el siglo XVII y desde entonces abiertas al culto, seguirán construyéndose durante toda esa centuria y recibirán su último toque hasta el setecientos o incluso (ya en época neoclásica) en los primeros años del XIX. Otras, Morelia, Oaxaca, Durango iniciadas ya en el siglo XVII se terminan en el siglo XVIII. […]

Excolegio jesuita de San Francisco Javier, Tepotzotlán, Estado de México

La catedral no es, desde luego, una iglesia más; ni sólo una iglesia de mayores dimensiones que las otras. Da albergue y manifiesta ese todo social coherente y asentado que es la ciudad, con su pretensión de hegemonía sobre el reino entero.”

Catedral de Durango, Durango

Al estudiar los sucesos del pasado pueden parecernos lejanos los acontecimientos que vamos conociendo. Sin embargo, esta idea no es del todo cierta, ya que, en la actualidad, podemos apreciar que muchos de los edificios y costumbres novohispanas permanecen hasta nuestros días. Esto se puede apreciar más fácilmente en algunas ciudades y poblaciones del interior donde perviven algunos de los edificios históricos y otros monumentos patrimoniales.

En este sentido, un periodo histórico que nos ha heredado una gran cantidad de edificios es el periodo novohispano. A lo largo y ancho de nuestro país existe una amplia diversidad de edificios construidos en aquellos años y que continúan en pie hasta nuestros días. Sus estilos y las modificaciones que han ido sufriendo revelan más de los procesos y eventos que has estado estudiando.

En esta sesión vas a conocer y estudiar acerca del patrimonio arquitectónico que nos heredó el periodo virreinal, profundizando en los estilos que hubo y algunos ejemplos que se preservan en la actualidad. Observa el siguiente video para conocer las características de estos estilos.

  1. El arte y la contrarreforma en la Nueva España

Del minuto 00:51 al 02:26 y del 03:56 al 04:11

La llegada de los españoles a Mesoamérica en el siglo XVI no sólo implicó la llegada de una nueva religión, de nuevos alimentos, nuevas armas y enfermedades, también trajo consigo nuevas ideas sobre la arquitectura, nuevos materiales para construir y nuevos edificios por diseñar, lo cual comenzó a ser evidente desde el momento en que Hernán Cortés ordenó la reconstrucción de la Ciudad de México sobre las ruinas de la antigua capital mexica. De esta forma, las iglesias, casas, palacios, tiendas, todas esas construcciones tenían varios elementos que distaban de las tradiciones arquitectónicas prehispánicas. Durante las primeras décadas de la dominación española este impulso constructivo fue sostenido principalmente por dos grupos: los encomenderos o sus descendientes y los religiosos de las órdenes mendicantes.

De las construcciones realizadas por los encomenderos o sus descendientes durante el siglo XVI han llegado hasta nuestros días pocos edificios. Uno de ellos es el llamado Palacio de Cortés, el cual se encuentra en la ciudad de Cuernavaca y fue construido por los indígenas de la zona bajo las órdenes de Hernán Cortés.

Palacio de Cortés, Cuernavaca, Morelos

Este edificio, que está a medio camino entre una fortaleza y un palacio, muestra algunas características típicas de las construcciones inspiradas en el Renacimiento español. Su diseño buscaba, en última instancia, demostrar el poder e importancia de los marqueses del Valle. Actualmente es la sede del Museo Regional de Cuauhnáhuac, donde se cuenta la historia de la región.

Casa de los Montejo, Yucatán

Otro ejemplo de las casas construidas por los encomenderos en el siglo XVI lo representa la Casa de los Montejo, único ejemplo que sobrevive en México de una casa noble del siglo XVI. Localizada en la ciudad de Mérida, Yucatán, esta edificación, a pesar de haber sido modificada por sus dueños a lo largo de los siglos, todavía nos da una idea muy clara de cómo eran las lujosas casas que los encomenderos y conquistadores mandaron construir. El estilo que podemos todavía apreciar en su impresionante fachada es el llamado estilo plateresco, el cual combina elementos de los estilos gótico, renacentista y mudéjar.

Exconvento de Yanhuitlán, Oaxaca.

Otros de los grupos que favorecieron ampliamente la construcción de edificios durante el siglo XVI fueron las órdenes religiosas que llegaron a la Nueva España en ese siglo con la intención de evangelizar a los pobladores originarios de estas tierras. Teniendo esta misión en mente, los religiosos rápidamente comenzaron a levantar, cerca de los pueblos de indios y en las ciudades, iglesias y conventos en los cuales ellos pudieran habitar y evangelizar a los indígenas.

Exconvento de San Andrés Apóstol, Hidalgo

Actualmente existen varios conventos e iglesias de aquella época que quedan en pie como ejemplo y testimonio de este proceso. Los conventos construidos bajo las órdenes de los religiosos eran construidos íntegramente por los indígenas.

Exconvento de Huejotzingo, Puebla

La mayoría de los conventos siguen un modelo general: una iglesia de una nave, un claustro de dos pisos y un atrio de grandes dimensiones. Algunos de ellos también incorporaron capillas abiertas o capillas pozas. Los conventos contaban, por lo general, con huertos, dormitorios y almacenes, toda vez que la idea es que fueran autosuficientes.

Exconvento de Acolman, Estado de México

Un elemento muy llamativo de los conventos construidos durante el siglo XVI es su apariencia de verdaderas fortalezas, con muros gruesos y fuertes, almenas y atrios amurallados. Todo esto refleja el temor que tenían los frailes a la posibilidad de una revuelta indígena.

Exconvento de San Pedro y San Pablo Teposcolula, Oaxaca

En el atrio era donde se llevaba a cabo la evangelización de los indígenas; en ellos se les daba clases de castellano, de música o donde se llevaban a cabo las confesiones de los miembros de los pueblos.

Capilla abierta, Tecali, Puebla

Las capillas abiertas que aún se encuentran en algunos de esos conventos e iglesias servían para dar misa, toda vez que, se cree, la mayoría de los indígenas no estaban acostumbrados a las ceremonias religiosas en sitios techados. Un claro ejemplo lo podemos encontrar en la capilla abierta de Tecali, Puebla.

Por otro lado, en los claustros era donde vivían los religiosos. Ahí se encontraban sus celdas, el refectorio o la biblioteca, todos ellos situados alrededor de un patio central, muchas de las veces con alguna fuente. En varios de estos conventos las paredes fueron decoradas con pinturas que contaban historias religiosas.

Pinturas del exconvento de Actopan, Hidalgo

De este estilo de edificaciones existen varias a lo largo del país, como, por ejemplo, el exconvento de Santa María Magdalena en Cuitzeo, Michoacán. Observa el siguiente video del INAH sobre esta construcción.

  1. Ex Convento de Santa María Magdalena en Cuitzeo

Del minuto 0:11 al 4:04

Para fines del siglo XVI, la situación en la Nueva España comenzó a cambiar. La estrepitosa disminución de la población indígena, la pérdida de poder de los encomenderos, el fortalecimiento del clero secular y el crecimiento de la población mestiza y española trajo consigo diversos cambios. Uno de ellos fue el crecimiento de las ciudades, en las que comenzaron a construirse las catedrales de las que hablaba la lectura del inicio. Estos edificios, por su tamaño y costo, tardaban muchos años en construirse, razón por la cual no siempre están construidos con un solo estilo arquitectónico, algunos empezaron a construirse a mediados del siglo XVI siguiendo el estilo manierista, y terminaron de construirse en el siglo XIX ya con elementos neoclásicos.

Las catedrales se construían en las ciudades donde había un obispo y marcaban un hito dentro de la historia de la ciudad, volviéndose elementos de orgullo para sus ciudadanos.

El siglo XVII, con el fortalecimiento de las ciudades y del clero secular, también vio el surgimiento de un nuevo estilo arquitectónico y artístico: el Barroco, que fue traído desde Europa y sería el estilo más utilizado en Nueva España por más de un siglo.

Este estilo se caracterizó, en términos generales, por preferir líneas redondeadas o curvas frente a las líneas rectas. También tiene por característica la decoración de fachadas, retablos e interiores con una infinidad de elementos. Columnas, cornisas, figuras de yeso y decoraciones de motivos vegetales se multiplicaron en lo que parecía ser la búsqueda por dejar la menor cantidad de espacio vacío.

Fachada de la iglesia del exconvento de Tepotzotlán, Estado de México

Este estilo también influyó la pintura, la literatura, la música y la escultura, y pronto comenzó a ser utilizado en todos los edificios de las ciudades, iglesias, conventos, hospitales, palacios. La impronta del Barroco en la sociedad novohispana fue tal que algunos investigadores han llegado a decir que el Barroco, más que una corriente artística, implicaba una visión del mundo y la realidad.

Iglesia de Santa Prisca, Taxco, Guerrero

Los edificios barrocos, principalmente iglesias, se pueden encontrar en muchísimas partes de la República Mexicana, y de una calidad impresionante. Para mencionar sólo algunos ejemplos, podemos citar el exconvento jesuita de Tepotzotlán en el Estado de México, la iglesia de Santa María Tonantzintla en el estado de Puebla, la iglesia de Santa Prisca en Taxco, Guerrero, o la Basílica de Nuestra Señora de Ocotlán en Tlaxcala.

Interior de la iglesia de Santa María Tonanzintla, Puebla

Las profusas decoraciones de los templos eran pagadas con las aportaciones de la población y con las donaciones de ciertos personajes o corporaciones, los cuales veían en la contribución monetaria una forma más de mostrar su religiosidad. Sin embargo, el gran desarrollo del Barroco en la Nueva España llegaría a su fin debido a la llegada de otro estilo artístico y arquitectónico proveniente de Europa, el Neoclasicismo.

Surgido en la Europa del siglo XVIII, este estilo llegó a la Nueva España de la mano de las reformas borbónicas y formaba parte de la búsqueda de ordenar y eficientar la realidad social y natural que promovía la Ilustración. Los artistas del neoclásico buscaban promover la elegancia, la sobriedad y la razón a través de sus obras, todo esto inspirado en la tradición grecolatina y renacentista.

Manuel Tolsá, arquitecto y escultor neoclásico

La adopción de este estilo fue promovida desde instituciones gubernamentales como la Real Academia de San Carlos, gracias, en parte, a la llegada de artistas españoles como el arquitecto Manuel Tolsá, quienes comenzaron a promover la adopción de ciertas ideas que diferían de lo planteado por la estética barroca.

Palacio de Minería, Ciudad de México

La adopción del estilo neoclásico en la construcción de los edificios de las ciudades de Nueva España se vio favorecida por el gobierno y las familias de la élite novohispana, que buscaban contar con edificios que parecieran modernos y que demostraran su importancia y poder.

Este estilo también es apreciable en el ahora llamado Hospicio Cabañas, en Guadalajara, la Casa del Conde de Rul y Valenciana en Guanajuato, así como en varios de los edificios construidos por Francisco Eduardo Tresguerras en ciudades como Celaya o San Luis Potosí.

Hospicio Cabañas, Jalisco

Como en el caso del Barroco, el neoclásico no se limitó a la arquitectura, ya que la música, la pintura o la escultura también fueron influidas por este estilo artístico, el cual continuaría en uso durante parte del siglo XIX, incluso ya en el México independiente.

Este patrimonio desafortunadamente ha sufrido con el paso del tiempo por fenómenos naturales como los temblores, así como errores humanos como los incendios o el abandono han puesto en riesgo la permanencia de estas valiosas huellas de nuestro pasado, y, por tanto, la pérdida de una parte de nuestra memoria e identidad. Por todo esto, es importante tener conciencia de su existencia e importancia, así como de la necesidad de que como sociedad valoremos su presencia y hagamos lo posible por conservar nuestro patrimonio arquitectónico.

El Reto de Hoy:

Elije un edificio de tu entidad federativa que sea de la época virreinal y en una hoja apunta en dónde está, para qué se usa actualmente, dscribe con tus palabras cómo es y señala qué importancia tiene para tu comunidad actualmente. No olvides ilustrarlo y compartirlo.

Para resolver el reto de la sesión puedes recurrir a tu libro de texto.

¡Buen trabajo!

Gracias por tu esfuerzo.

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